lunes, 20 de junio de 2011

Paella de perlas...

Según el diccionario el término " ...de perlas, se dice de lo que es muy bueno o conveniente", por ejemplo: " ... la paella salió de perlas".
No es este el sentido de la paella a la que me quiero referir en este escrito, ya que con la cantidad de ostentosa ignorancia con que se nos recomienda cocinarla, estamos convencidos de que, aunque, llena de perlas, no va a resultar de idem.
La receta a la que me refiero, aparece en un moderno libro sobre cocina española, con bellas fotos en un centenar de hojas de un papel de mucho peso.
A pesar de tanta excelencia, el precio de 5,95 euros, anuciaba ya lo que se podia esperar, pues se trataba evidentemente de un saldo.
El autor no importa, pues al fin y al cabo lo importante es evidenciar lo sufrido que resulta el papel impreso y lo condescendientes que son las críticas de los maestros referenciales sobre la "literatura" cocinil.
Cito textualmente para ayudar a dejar constancia para la posteridad de algunas de las "perlas" que nos aporta el osado maestro, en el apartado del arroz, para lograr una gran paella:

"La paella no es solo el alimento, sino tambien esa sartén grande, plana y redonda en la que se prepara. Esta sartén de dos asas es el medio perfecto para la transmisión del calor; a medida que se reduce el líquido, el aceite y las proteinas del interior de los ingredientes que componen la paella se consolidan con el calor y se cocina el arroz que hay debajo. Por eso es tan importante resistir la tentación de meter el dedo o la cuchara en el arroz mientras se está haciendo. Si rompemos la película que se forma en la superficie, el calor se escapa por el agujero como si fuera una chimenea y el arroz no se hace igual por todas partes" (las negritas son nuestras)

Bueno, la verdad es que la obra no tiene desperdicio y que como "despensa de perlas da para varios libros de recetas, pero nosotros vamos a ceñirnos aquí a la paella de marras (infinitas son las paellas, como se puede ver) que es la de perlas.

Vayamos por partes como dice, tambien, mi carnicero:
Lo primero que llama la atencion es lo del adjetivo "grande" cuando las hay, incluso, de dos o tres centímetros de diámetro y que además funcionan y pueden dar buenos arroces. En nuestra, nada humilde, opinión el atributo que mejor describe la paella, no es el tamaño sino la desproporción entre diámetro y altura, cosa que suele rondar el 10 % de la dimension de la base.
Siguiendo con esta jugosa disección, el mismo argumento sirve para lo de las "dos asas", fácil de reconocer pero inexacto ya que en la medida que aumenta el diametro, en las XXL , los fabricantes añaden unas cuantas asas más con tal de hacerlas manejables (acordaos, los ya talluditos, del "anuncio" de "Martes y trece" sobre las excelencias de la gastronomía valenciana, en la que acaban quemandose y soltándola, al sujetar a cuatro manos, ante las cámaras una gran paella, recién hecha) .
Otra cosa que llama la atención del aficionado, es lo de las virtudes de conductividad de la famosa, pero, en realidad, infame tradicional paella de acero. La realidad es otra, como ejemplariza la aparición ultimamente de paellas con fondo difusor para corregir la mala conductividad del basto acero al uso.
En las paellas tradicionales, allí donde dá la llama, carboniza, dejando el arroz seco, "humedo" justo al lado en donde no dá. Además estas nuevas paellas ya vienen en acero inoxidable, lo que evita ese sabor metálico que produce la acción de los ácidos de algunos ingredientes sobre el acero. Sabor meálico que emociona a algún que otro "taliban local" pero que no está hecho para paladares sensibles.
La siguiente "perla" de esta despensa es lo de la consolidación del aceite y las proteínas de los ingredientes... con el calor. En esto se evidencia que, quién esto afirma, es una de las autoridades reconocidas internacionalemente sobre la "cocina molecular". Hace falta mucha tecnologia punta para consolidar el aceite con calor.
Soy consciente de que lo que estoy haciendo está muy feo, por lo que pido públicas disculpas, pero no me puedo resistir a la tentación.
Siguiendo con lo anterior, lo que no deja de sorprenderme es que el arroz opte por cocinarse debajo de lo consolidado, debe ser una carga dura de soportar.
De cualquier modo, todo esto y hasta ahora, no ha sido más que una puesta en escena, el aperitivo para "La Grande perla", la perla de todas las perlas: no caer en la tentación de meter el dedo (ni cualquier otro apendice o protuberancia corporal, añado yo) en el arroz mientras se esta haciendo.
Como nos explica con detalle, "se formaría un agujero en la superficie del líquido,.......????...... por el que, cual chimenea, se escaparía el calor y el sufrido arroz no se haría igual (¿de bién?, espero) por todas partes".
Bueno, llegados aquí ,tenemos que decir que desde el punto de vista de la sostenibilidad del planeta y con el desarrollo de los precios de la energía que nos gastamos, es de agradecer la preocupación ante cualquier pérdida de calor (aunque las leyes físcas nos digan que es inevitable a largo plazo).
No obstante, y si a pesar de todo se cae en la tentación (que es para lo que dicen que están estas) de meter el dedo, o lo que sea, se recomienda, por el bien del arroz y, sin duda, del planeta tener a mano un plátano, para, tan solo sacar el dedo y antes de empezar a aullar de dolor, tapar con este el nefasto agujero y asi minimizar las perdidas que tamaña osadia acarrearía.

norbesaludos

Pd. : Nos llegan noticias de que este fenómeno ya ha inagurado el primer restaurante en U.S.A. dedicado al tema, con la, loable por otra parte, intención de llenar de paellas el mundo mundial ,al tiempo de hacer alguna pelillas más.
!Que envidia ¡, ! que desparpajo y frescura ¡
norbesaludos

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