martes, 2 de noviembre de 2010

PATELLA DE ARROZ AHUMADO, CONEJO DE FUSIL Y SERRANAS



Bueno, bueno: bienvenido sea el delirio si es benigno.




Hace solo unas dosis de pantalla (definitivamente convertida en adicción), que escribia sobre el pronto que tuve de "arrozar el humo", bueno de ahumar el arroz.




Además de la osadia, han hecho falta unos horas de lectura sobre los ahumados noruegos, una discreta cantidad de pasta (sacada de otros vicios), tres o cuatro sacas de leña, y un matrimonio ahumado (el nuestro). Así hemos llegado a producir el primer arroz ahumado de mi vida y, a juzgar por los resultados, y de ahora en adelante, el de muchos de nuestros comensales benignos.


Lo hemos ahumado durante 5 horas al humo frío de fresno, ramas verdes de encina, cargadas de bellotas y un toque final de agujas de enebro verde, cuidando de matar las llamas que la concentración de estas mínimas hojas punzantes producen nada más entrar en contacto con las brasas.


El resultado en nariz es discreto al principio y más poderoso (sorprendentemente) una vez se ha dejado orearse .


Al cocerlo, se suaviza la fuerza del ahumado hasta casi desaparecer. Pero en boca llega la recompensa a tanta curiosidad y pasión: ! una fiesta ¡, elegante, matizado, discreto pero presente, no hacen falta gritos cuando el discurso engancha.


Estamos muy contentos de poder ofrecer esto a los aficionados a la mesa y en concreto a los amantes de los arroces secos "a la valencienne" ya estén estos cocidos en cazuela plana, tartera, paella, patella o con microsoft office, ¿que más dá si estan en su punto de sabor nariz y textura?.


Estas son las buenas noticias.

¿Las malas?

Pues que no vamos a pasar a la historia como los creadores del invento y ya "em fot" (me turba que diria un fino).

Con cierto "disgusto" he visto en Google, cuando iba feliz a registrarlo, que hace "solo" unas centurias, los habitanes de los pueblos del norte de la antigua Persia, ya ahumaban los excedentes de arroz (basmati para más detalles) de su cosecha, para deshidratarlos aún más y así ayudar a su conservación.

Es, de cualquier modo, reconfortante pensar, ¿que no habrian hecho estos tios de haber dispuesto de nuestra Patella Benigna, en cobre macizo y cromo duro?

De cualquier manera siempre nos quedará el consuelo de que nosotros no lo sabíamos cuando lo pensamos.

De hecho la primera idea fue de ahumar el aceite (tan buen transportador de sabores) que luego habríamos usado para el sofrito.

Sin embargo el hecho de tenerlo que exponer durante largas horas a un proceso tan oxidativo como este, nos invitó a buscar alternativas y una de estas fue la de ahumar el arroz.

Primero pensamos en un horno de ahumar en la cocina, en el que daríamos el toque final a los arroces, una vez cocidos en su patella, pero tambien lo deschamos por razones de operatividad.

Al final, lo de siempre, mi dia libre, los lunes me ahumo yo junto a mis arroces (mis cereales mejor, ya que tambien ahumo cebada, quinoa "and you name it") y así mientras dure la salud y el humor.


Ahumados norbesaludos..

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